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Situado en el corazón del Valle del Nalón, a orillas del río que lleva el mismo nombre, San Martín del Rey Aurelio se erige como un testimonio vivo de la rica herencia industrial y cultural de Asturias. Este municipio combina de manera única la historia de la minería con la belleza natural, ofreciendo a los visitantes una ventana al pasado y una experiencia inmersiva en la cultura asturiana.
San Martín del Rey Aurelio es conocido por su destacada arquitectura civil e industrial, estrechamente ligada a la extracción de hulla, una actividad que definió la economía y la sociedad de la región durante los años de esplendor de las compañías mineras. Los pozos mineros y sus imponentes castilletes —estructuras metálicas que sostenían las poleas utilizadas para extraer el carbón— son los guardianes silenciosos de esta época. Estas construcciones, que una vez fueron el corazón palpitante de la economía local, ahora se alzan como monumentos históricos que recuerdan la ardua labor de generaciones de mineros.
Entre los vestigios de este pasado industrial, destacan las bocaminas que se ocultan en los rincones más recónditos del concejo. Estas entradas a las antiguas minas, hoy desprovistas de la actividad frenética que alguna vez las caracterizó, son testigos mudos del sacrificio y la vida cotidiana de los trabajadores que, día tras día, se adentraban en las entrañas de la tierra en busca del preciado mineral. Además, los puentes de hierro que cruzan los ríos y arroyos del municipio son recordatorios de la infraestructura que se desarrolló para apoyar la industria minera, conectando las diversas áreas de explotación y facilitando el transporte del carbón hacia los centros de distribución.
A pesar de su fuerte identidad industrial, San Martín del Rey Aurelio también es un lugar de impresionante belleza natural. Las zonas rurales del concejo están salpicadas de ejemplos de arquitectura popular, como las tradicionales casas asturianas con sus galerías de madera y tejados de teja roja. Estos elementos arquitectónicos, que han perdurado a lo largo del tiempo, reflejan la armonía entre la vida rural y el entorno natural.
El municipio está rodeado por cordales montañosos que forman parte del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, un reconocimiento a los valores paisajísticos y ecológicos que aún se conservan en la región. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de senderos que recorren los bosques autóctonos, las verdes praderas y los ríos que serpentean por el territorio, ofreciendo un respiro de la vida urbana y una conexión profunda con la naturaleza.
Visitar San Martín del Rey Aurelio es adentrarse en una cápsula del tiempo, un recorrido fascinante que abarca desde los primeros compases de la Revolución Industrial hasta el presente, en un viaje que revela cómo la minería forjó no solo la economía sino también la cultura y el espíritu de la región. Este trayecto comienza en el Museo de la Minería y de la Industria (MUMI), ubicado en L'Entregu/El Entrego, un espacio que se ha ganado su lugar como uno de los epicentros del patrimonio industrial de España y una visita ineludible para cualquier interesado en la historia minera.
El MUMI es más que un museo; es un portal que transporta a los visitantes a los días en que la extracción del carbón dominaba la vida en las Cuencas Mineras. Fundado como uno de los primeros museos de su tipo en España, el MUMI ofrece una visión detallada y comprensiva de la historia minera, desde los rudimentarios métodos de extracción utilizados en los albores de la minería hasta las complejas operaciones mecanizadas que definieron la industria en su apogeo. Las exposiciones están diseñadas para ser interactivas, permitiendo a los visitantes no solo observar, sino también experimentar de manera sensorial lo que era trabajar en una mina. Réplicas de galerías subterráneas, herramientas originales y maquetas en movimiento proporcionan una experiencia inmersiva, ayudando a los visitantes a comprender las duras condiciones de trabajo que enfrentaban los mineros, así como las técnicas que empleaban para extraer el valioso mineral.
Pero el MUMI no solo se enfoca en la tecnología y el trabajo duro; también ofrece una ventana a la vida cotidiana de los mineros y sus familias. Fotografías históricas, documentos y objetos personales se entrelazan para contar las historias humanas detrás de la industria. Los visitantes pueden aprender sobre la vida en las cuencas mineras, desde las viviendas y las escuelas construidas por las compañías mineras hasta las luchas sindicales y las huelgas que marcaron el siglo XX. Es un lugar donde la historia se humaniza, revelando cómo la minería no solo moldeó el paisaje, sino también las vidas y las comunidades que surgieron en torno a ella.
A poca distancia del MUMI, se encuentra otra joya del patrimonio industrial: el Pozo Sotón. Este pozo minero es particularmente notable porque es la única mina de carbón en Europa que ofrece visitas guiadas a su interior, permitiendo a los visitantes descender a las profundidades y experimentar de primera mano el entorno en el que los mineros trabajaban. La visita al Pozo Sotón no es para los débiles de corazón; es una experiencia que permite sentir la oscuridad, el confinamiento y la dureza de las condiciones laborales que enfrentaban los mineros a cientos de metros bajo tierra. Equipados con cascos y lámparas, los visitantes pueden explorar las galerías, ver las máquinas en acción y escuchar de guías experimentados las historias de valentía y sacrificio que definieron la vida en las minas.
El Centro de Experiencias y Memoria de la Minería en el Pozo Sotón complementa esta experiencia con un enfoque más introspectivo. Este centro está dedicado a preservar y reflexionar sobre la importancia de la minería no solo como una actividad económica, sino como un elemento central en la identidad cultural de San Martín del Rey Aurelio y de las Cuencas Mineras en general. Aquí, las exhibiciones se centran en la memoria colectiva de la comunidad minera, explorando cómo la minería modeló las relaciones sociales, las tradiciones y la cultura local. Es un espacio para recordar y honrar la historia de aquellos que dedicaron sus vidas a la minería, y para entender cómo su legado sigue influyendo en la región hoy en día.
La visita a San Martín del Rey Aurelio, con paradas en el MUMI y el Pozo Sotón, no es solo un viaje educativo, sino también una oportunidad para conectarse con una historia de resistencia, innovación y comunidad. Es una inmersión en un mundo donde el trabajo arduo y la solidaridad definieron el curso de la historia, y donde el patrimonio industrial sigue vivo, tanto en las estructuras de hierro que puntean el paisaje como en las historias que se cuentan dentro de ellas.
San Martín del Rey Aurelio no solo cautiva con su patrimonio industrial y natural, sino también con su rica tradición gastronómica. Las jornadas gastronómicas que se celebran en el municipio son un evento anual muy esperado, donde los sabores de Asturias se exhiben en todo su esplendor. Platos tradicionales como la fabada asturiana, el cachopo, y los productos de la matanza del cerdo, se mezclan con delicias locales como las setas y los quesos artesanales. Estas jornadas no solo son una oportunidad para degustar la cocina asturiana, sino también para sumergirse en el folclore local, con música y danzas tradicionales que animan las fiestas.
San Martín del Rey Aurelio es un destino que conjuga de manera única gastronomía, naturaleza, patrimonio industrial, folclore y cultura. Cada rincón del municipio cuenta una historia; desde los castilletes que dominan el horizonte hasta las rutas que recorren sus montañas, todo en San Martín del Rey Aurelio invita a descubrir y a disfrutar de un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan de manera fascinante.
Para aquellos que buscan una experiencia auténtica en Asturias, lejos de las rutas turísticas más convencionales, San Martín del Rey Aurelio ofrece un refugio donde la historia minera cobra vida, donde la naturaleza se preserva en su forma más pura, y donde la gastronomía es una celebración de la tierra y la tradición. Ya sea recorriendo las galerías de una mina, degustando un plato típico o caminando por los paisajes protegidos, este municipio es un tesoro escondido en el Valle del Nalón que merece ser explorado.
